VINO
PXIMÉNEZ
MONTILLA
MORILES

Vino dulce que recibe su nombre
de la uva con la que se elabora.

VINO PXIMÉNEZ
MONTILLA MORILES

Vino dulce que recibe su nombre de la uva con la que se elabora.

Elaboración

Requiere de una vendimia muy seleccionada, en la que se eligen los racimos de mayor punto de maduración y se transportan en cajas para que la uva llegue en las mejores condiciones. Los racimos se llevan a las paseras, donde se colocan sobre redores de esparto (o más recientemente en mallas de plástico que favorecen la aireación y una mejor sanidad del producto) para solear la uva. Los racimos deben voltearse durante la fase de pasificación para que la uva se solee de forma homogénea por ambos lados del racimo. El objetivo no es una pasificación total de la uva, sino una ligera deshidratación (50% del peso más o menos) con lo que al reducir el contenido de agua en la baya, se duplica la concentración de los azúcares.

Cuando la uva pasa llega al lagar, la mayor parte del mosto se extrae a través de la molienda y en prensas horizontales. En esta prensa se libera casi el 80% del mosto. No obstante, la masa resultante de la prensa aún retiene mucho mosto en su interior, y se vuelve a prensar, esta vez en las prensas hidráulicas verticales con una mayor presión, extrayendo un mosto mucho más rico en olor y sabor. Una vez obtenido el mosto, sin permitir la fermentación, se le añade alcohol hasta situarlo en el rango definitivo. El grado de alcohol mínimo para este tipo de vino es de 15% vol.

UVA: Pedro Ximénez.

TEMPERATURA: Este vino permite su consumo a cualquier temperatura, desde temperatura ambiente a directamente desde el congelador.

NOTAS DE CATA: En cata podemos diferenciar los Pedro Ximénez más jóvenes y sin crianza, de color oro viejo o ambarino, de los que tienen más crianza, que presentan tonalidades caoba intenso o azabache. Aromas a pasificación pudiendo presentar notas a raspón y de aspecto muy denso. En boca es cálido, untuoso, redondo. Transmite un conjunto de sensaciones organolépticas persistentes y al mismo tiempo muy armoniosas.

MARIDAJE: Es un postre por sí solo, pero se puede maridar con otros postres. Con los helados y tartas de queso hace una buena amistad. Pero donde la combinación es extraordinaria es con el chocolate, eternizándose sus matices dulces y amargos en boca. También para cerrar un almuerzo con una tabla de quesos es inigualable, sobre todo con quesos azules.

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